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Juan Luis Huertas y Virginia Zaldívar han compartido con los asistentes sus vivencias a lo largo de este intenso año, que han definido como “una experiencia maravillosa”.

A lo largo de tres jueves el Museo del Quijote se ha convertido en una referencia fundamental para conocer aspectos de la historia, del presente y del futuro de la Pandorga. El ciclo de conferencias programadas por la concejalía de Festejos ha finalizado con la ponencia “Nuestra experiencia como Pandorgo y Dulcinea: vivir la tradición desde dentro”, en la que Juan Luis Huertas (Pandorgo 2024) y Virginia Zaldívar (Dulcinea 2024) han expuesto detalles y sentimientos de la intensa vivencia acumulada a lo largo de todo un año.

A la conferencia han asistido el alcalde de Ciudad Real, Francisco Cañizares y la concejal de Festejos, Mar Sánchez, que se ha mostrado satisfecha con el resultado de este primer ciclo con el que el consistorio ha querido dar una mayor visibilidad y poner en valor la fiesta en la que se sigue trabajando para lograr su declaración de Interés Turístico Nacional. Sánchez destacaba que esta última cita “es muy especial” puesto que está basada en los sentimientos y las experiencias vividas por Juan Luis Huertas y Virginia Zaldívar en un año que, sin duda, les ha marcado.

En su intervención, Juan Luis Huertas, ha definido ser Pandorgo como “una de las experiencias más maravillosas que puede tener un hijo de esta ciudad”. “Ha sido un año pleno, tremendamente satisfactorio”, continuaba, y de entre todo lo vivido ha destacado el momento de “ponerse delante de la patrona poniéndole voz a todo el pueblo de Ciudad Real”.

Por su parte, Virginia Zaldívar ha calificado el año como “inolvidable, lleno de experiencias maravillosas que hoy vamos a revivir”. La Dulcinea 2024 ha asegurado que “hasta que no lo vives no te das cuenta de la importancia de esta figura” y destaca como momento especial, de entre los muchos vividos, “el cortar la cinta de la feria y el encendido de luces”. Su balance es muy positivo: “ha sido un año muy intenso y sacrificado, pero muy bonito y gratificante”.