Trabajadores del Plan de Empleo

El trabajo en la Oficina de Turismo de Ciudad Real tiene una cara visible: la atención, la orientación y la información ofrecida al visitante. Pero en el pequeño local situado en la planta baja del Ayuntamiento se saca mucho más trabajo adelante. Las gestiones administrativas, la organización de eventos, iniciativas como Quijote Convention Bureau o Saborea Ciudad Real o la gestión del SICTED también se cocinan, con buena mano, desde allí.

En los últimos años, trabajadores del Plan de empleo en Castilla-La Mancha, gestionado por el IMPEFE y financiado por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, colaboran con esta labor y se les espera como agua de mayo. En la actualidad son Cristina, Isabel y Gerardo, tres personas apasionadas con el turismo, la historia y el patrimonio y que tienen muchas ganas de transmitir esa pasión a los demás.

La técnica de la Oficina de Turismo de Ciudad Real, Antonia Serrano, reconoce la labor tan importante que realizan estas personas. “Nosotros coordinamos lo que se hace, pero ellos nos apoyan en todo el trabajo. Podemos decir que su llegada nos salva en muchos sentidos porque, si no estuvieran, sería imposible avanzar. Con ellos se refuerza enormemente la atención al público, ofreciéndose un gran servicio, pero además se pueden atender otras cosas que son muy importantes, como las redes sociales, a las que nosotros no llegamos pero que cuando están ellos aquí están totalmente actualizadas”, explica.

La experiencia en este servicio con las personas que llegan del Plan de Empleo desde hace años es, cada nueva convocatoria, mejor, según Serrano. Se trata de trabajadores cada vez mejor preparados, personas con formación y con experiencia profesional que están en el paro. “Además, ahora mismo, dos de los trabajadores ya han estado anteriormente con nosotros. Eso es un gran respiro porque ya saben cómo funciona la oficina, cómo trabajamos…”, dice. La buena disposición con la que llegan a su puesto de trabajo ayuda también a crear un buen ambiente y a que se avance mucho en la labor de la oficina. “Les gusta este trabajo y eso se nota y se transmite en la atención al público. Además, están motivados porque sus funciones son variadas y nuestro sector invita a innovar, a pensar siempre cosas nuevas. Ellos saben que pueden aportar todo lo que quieran, nuevas ideas y, de hecho, les invitamos a ello, a que sean proactivos”.

Lo que más le gusta a Gerardo Monsalve, historiador, máster en Patrimonio Histórico y máster en Educación que actualmente compagina el estudio de las oposiciones a Secundaria con su trabajo en la Oficina de Turismo, es poder dar su toque personal y transmitir su conocimiento a las personas que llegan a informarse sobre Ciudad Real. “Además de conocer ya cómo se funciona aquí es que es un trabajo que me gusta mucho, el ayudar a otras personas a que descubran esta tierra y la disfruten”, explica.

Gerardo dice que a menudo la gente le pregunta si llegan muchos visitantes a la oficina de Turismo. Claro que llegan, admite, muchos más de lo que se suele pensar y de muy distintos puntos de España y del mundo. “Atendemos a mucha gente, aunque hay picos de afluencia. Pero no hace falta que entre nadie por la puerta para que estemos hasta arriba de trabajo. Tenemos que gestionar todo el material promocional, ir a hablar con los restaurantes y los hoteles, realizar encuestas, repartir folletos, actualizar las redes sociales, hacer registro de ventas, inventarios…”, asegura.

Para Cristina Moríñigo, el trabajo en el sector turístico es algo nuevo que está descubriendo y del que está aprendiendo gracias al plan de empleo. Esta ciudadrealeña licenciada en Historia del Arte, que siempre se había dedicado a la catalogación de colecciones en museos y ha trabajado muchos años fuera de la capital, está disfrutando mostrando y enseñando a los visitantes esas cosas que desconocen de Ciudad Real. “Me encanta ver las caras de sorpresa de la gente cuando descubren un lugar o una actividad de la que no tenían conocimiento. Esto pasa mucho, incluso con personas de aquí. Yo misma, desde que estoy trabajando en la Oficina de Turismo, aprecio más mi ciudad. Yo también me he empezado a creer que Ciudad Real tiene mucho que ver”, confiesa.

Esta experiencia profesional está suponiendo asimismo para Cristina un acercamiento al universo laboral de Ciudad Real. “Pienso que estando aquí puedes conocer gente nueva e incluso podría surgir alguna que otra oportunidad laboral. Estoy ampliando mi campo de visión a este nivel, porque hasta que no estás viviendo en una ciudad no empiezas a conocer cómo funciona en ella el mundo del trabajo”, dice. A medio plazo también se plantea opositar, buscando una estabilidad que le permita quedarse en Ciudad Real, pues lleva “toda la vida” moviéndose: “Ojalá el Ayuntamiento convoque alguna plaza dedicada a Patrimonio o a Museos, que se necesita… pero por ahora, estoy a la espera”.

Transmitiendo “otra mirada”

Con una vocación que se percibe desde el primer instante, Isabel López, se propone cada día apasionar a los turistas transmitiendo “otra mirada” de Ciudad Real. “Una cosa es ver y otra es saber lo que estás viendo. Cuando lo sabes, se te abre un mundo. A nuestro alrededor, hay cientos de historias fascinantes, en cualquiera de los edificios de Ciudad Real. Sabiendo contar esas historias, sabiendo transmitir nuestro patrimonio, nuestra cultura y nuestra historia, que es mucha, los visitantes se van muy sorprendidos y muy contentos”, dice. Admite que encuentra a menudo entre los visitantes expectativas muy bajas de lo que es Ciudad Real, pero tiene claro que esto sucede por desconocimiento. “Y también porque tenemos pendiente como ciudad creernos y valorar lo que tenemos. Deberíamos enseñar a nuestra gente toda nuestra riqueza, a funcionarios, taxistas, comerciantes, policías… para que todos sepamos vender una ciudad que tiene mucho”, añade.

Isabel es graduada en Turismo y ha trabajado siempre en el sector, fundamentalmente como guía. Hace unos años estuvo con otro plan de empleo en la Oficina de Turismo por lo que todo esto no le era ajeno. Puntualiza, no obstante, que trabajo en el servicio ha cambiado mucho, “no tiene nada que ver con lo que se hacía antes”. “Cada vez hay más proyectos y más ambiciosos. Ahora somos Ciudad AVE, somos Ciudad de Congresos, continuamente hay eventos y propuestas culturales de todo tipo. Las visitas guiadas, antes esporádicas, ya se hacen todos los sábados y se llenan”, dice. La actividad es constante en una ciudad que tiene mucho que enseñar y que está más viva que nunca.

 

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