Día Nacional de las Vías Verdes

La alcaldesa de Ciudad Real, Pilar Zamora y la concejala de Acción Social, Matilde Hinojosa, han participado esta mañana en la celebración del XIX Día Nacional de las Vías Verdes. Cientos de vecinos y vecinas de Ciudad Real han podido disfrutar de la clase de zumba que se han llevado a cabo junto a la Vía Verde de Poblete. A los participantes se les ha obsequiado con una camiseta, una planta y con un desayuno saludable.

La alcaldesa de Ciudad Real reconocía que la Vía Verde “es un sitio de los más concurridos, porque Ciudad Real tiene grandes zonas verdes, y a los vecinos y vecinas de Ciudad Real nos gusta caminar, correr y pasear. En esta actividad combinamos deporte y un desayuno saludable”.

La alcaldesa valoraba que “este Equipo de Gobierno se ha preocupado de la Vía Verde, se ha hecho la colada de Ciudad Real hasta Las Casas que cuando los árboles crezcan habrá que mucha gente la utilice, y estamos satisfechos con la adquisición en el Parque Forestal de La Atalaya de 400 hectáreas para ampliar los pulmones verdes de Ciudad Real”.

Por eso Pilar Zamora animaba a todo el mundo a celebrar este Día Nacional de las Vías Verdes paseando por ella y practicando deportes. “La Vía Verde es salud para todas a la edades porque puedes ver a niños a jóvenes y a personas mayores. Cada vez es mayor el número de personas que utilizan la Vía Verde”. La Fundación de los Ferrocarriles Españoles (FFE) convoca este Día Nacional de las Vías Verdes.

La Vía Verde de Ciudad Real, creada en el año 2000, tiene una longitud de 4,3 kilómetros y recupera para el uso y esparcimiento ciudadano el antiguo tramo de la vía de ferrocarril que discurre desde Ciudad Real a las proximidades de la antigua estación de Poblete.

La Vía tiene dos caminos de circulación de tres metros de anchura hasta el puente sobre la carretera de circunvalación, uno para bicicletas que está asfaltado, y otro para viandantes que es de terrizo rematado con arena. A partir de dicho puente y hasta el final de la vía tiene un camino de cinco metros de anchura en terrizo y rematado con arena.

En su parte inicial, hasta el cementerio del anejo de la Poblachuela, está enmarcado por olmos, melias y acacias. Tiene también cinco zonas de descanso con arbustos autóctonos y arbolado de sombra (olmos, acacias, arces y ailantos), con bancos y mesas para el reposo y esparcimiento de los viandantes.

 

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