estudio

La Concejalía de Igualdad del Ayuntamiento de Ciudad Real ha impulsado la realización de un estudio para conocer los usos del tiempo que realizan las mujeres y los hombres en Ciudad Real y sus pedanías, así como el índice en su salud y medidas que se pueden tomar para favorecer la calidad de vida y conciliación.

Se han estudiado actividades que normalmente se desarrollan en la vida diaria y las tareas que se llevan a cabo, analizando el tiempo que se le dedica, distinguiendo entre días de diario y fines de semana. Mujeres y hombres están presentes en todas las actividades, pero dedicándole diferente cantidad de tiempo.

Entre las conclusiones del estudio, que esta mañana han sido presentadas por la concejala de Igualdad, Ana Belén Chacón y la responsable de la investigación, Gema Sánchez, de FISE, destaca que las mujeres siguen teniendo una mayor carga que los hombres en las tareas de cuidado del hogar y la familia, con una media de casi 3 horas más. Además del tiempo empleado, la responsabilidad de la organización de las tareas domésticas recae mayoritariamente en la mujer (66% de mujeres frente a 34% de hombres).

Sánchez reconocía que “las mujeres siguen teniendo una mayor presencia en las tareas de cuidado, tanto de la familia, como de menores, como de personas dependientes, y demás sobre ellas recae esa responsabilidad de la organización del hogar, cosa que es inferior en el caso de los hombres”.

La estrategia que siguen las mujeres para llegar a todo es “arañar minutos de unas y otras actividades o simultanear algunas de ellas. Por ejemplo, en el caso de la práctica de ejercicio físico, las mujeres lo hacen en mayor medida en el hogar que los hombres, lo que les permite reducir el tiempo que se gasta en la actividad y simultanear con otras actividades”.

Los hombres también están presentes en el 100% de las actividades del hogar, de mantenimiento y de cuidado, “pero parece más una estrategia de ayuda. Realizan las tareas porque le dedican más tiempo en los fines de semana pero están menos tiempo en las tareas de organización, ya que de cada 4 hogares, 3 son organizados por mujeres y uno por hombres. Y eso no es solo la dedicación del tiempo, sino la responsabilidad y la carga mental que exige la organización de un hogar”.

Los hombres si están presentes en otras tareas domésticas, aumentando su tiempo de dedicación durante el fin de semana, presuponiendo que es el momento en el que hay más tiempo libre. Es también durante el fin de semana cuando aumentan su tiempo de dedicación a la atención de niños y niñas, tanto en cuidados básicos como en otras actividades como jugar o hacer los deberes.

En materia de trabajo remunerado, la jornada del hombre es algo superior a la mujer. La media es de 8 horas y 15 minutos los hombres, frente a las 6 horas y 55 minutos de las mujeres, “y hay una mayor dispersión en cuanto al trabajo de las mujeres. Encontramos jornadas muy extensas, sobre todo en aquellas que trabajan cuidando a dependientes, y unas jornadas menos intensas con una jornada parcial elegida o inducida por las condiciones del mercado laboral”.

A juzgar por los resultados obtenidos, las mujeres duermen menos tiempo, reposan menos tiempo cuando están enfermas, reducen su jornada laboral o participan menos tiempo en ONGs y partidos políticos. Es decir, sacrifican su autocuidado y su participación social y laboral por la atención al cuidado y la familia.

No obstante, las relaciones sociales parecen no resentirse: charlar, tomar algo, comer fuera, usar el whatsapp y las redes sociales…, son actividades realizadas por un alto porcentaje de mujeres, dedicándoles igual o más tiempo que los hombres.

Las relaciones sociales de los hombres tampoco se resienten: el porcentaje de hombres es mayor en las actividades de tomar algo en bares o asistir a algún espectáculo deportivo. También en otras actividades de entretenimiento como leer la prensa, usar el ordenador con fines recreativos o ver series en Internet.

Por último, destacar el uso extendido del whatsapp: 8 de cada 10 personas encuestadas lo usan, entre las personas más jóvenes este porcentaje llega al 90% y baja al 40% en las personas mayores de 65 años. Y respecto a las redes sociales, los porcentajes de personas que las usan están muy igualados con los que ven televisión.

La concejala de Igualdad, Ana Belén Chacón, reconocía que en virtud de estos usos del tiempo “se crean desequilibrios que inciden en el bienestar persona, en el disfrute de las relaciones familiares o afectivas, e incluso en el tiempo que podemos dedicar a nuestro empleo ya a la formación. Y eso al final influye en las oportunidades profesionales que podemos tener”.

 

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