Pregón de la Semana Santa en el Teatro Quijano‘Magno Pregón’, y nunca mejor dicho, el que Alejandro Simón Castillo pronunció en el Teatro Municipal Quijano. Antes de subirse al escenario, recibía el apoyo de la alcaldesa y del pte. de la Asociación de Cofradías. Rosa Romero felicitó a Alejandro por asumir la responsabilidad de pregonar la Semana más importante del año para los ciudadrealeños, y Emilio Martín Aguirre, vaticinó que nadie saldría defraudado, y así fue.

El secretario de la Hermandad de Jesús Nazareno, César Pedrajas, le cedió el atril para dejar hablar al corazón de quien es, cofrade de nacimiento. Alejandro dedicó su oración a su familia, a los amigos, a los que no están y a sus hermandades, dejando un hueco especial, a su Virgen de la Misericordia. Con la medalla de la Patrona de la ciudad en el pecho proclamó a los cuatro vientos la monumentalidad de nuestra Semana Santa; hizo alusión a la Jornada mundial de la juventud para recalcar la importancia de los jóvenes en las Hermandades, ellos son los que aseguran el futuro de esta celebración.

Alejandro Simón Castillo tuvo muy presente al Cautivo en su prendimiento, cerró los ojos para explicar a que suena y huele el Silencio en las frías madrugadas de la capital; Narró con sumo detalle las respiraciones cortadas de los costaleros cuando cruzan el Pasaje de la Merced para posteriormente preguntarle a San Juan, Si le gusta como se pasea a Dios y a su madre en esta Ciudad.

Anécdotas de la infancia y sentimientos a flor de piel, la tradición del pasado se abraza a la modernidad del presente, instó a dar un nuevo impulso a la pasionaria de San Pedro, levantó la voz para que los cristianos proclamen su fe por encima de memorias históricas, y pidió que todos seamos pregoneros en la vida para contar las alabanzas de Dios en nuestro día a día.

El pregón concluyó rememorando el momento de dormir a su niña Cayetana. Las cuatro esquinitas de la cama fueron las cuatro esquinas del atril, en ellas estuvieron, su padre, su tío Ramón, Nuestro Padre Jesús de la Bondad, y la Virgen de la Misericordia.

Entre aplausos y lágrimas, Alejandro Simón Castillo recibió de manos de la alcaldesa una reproducción de la escultura del penitente que se encuentra en la Plaza de la Merced, obra de Kirico, y que sólo tienen las personas que han tenido el gran honor de ser pregoneros de la Semana de Pasión Ciudadrealeña. La noche concluyó con la actuación de la Agrupación Musical Mozart, de Aldea del Rey.

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